martes, 26 de junio de 2012

PEREGRINACIÓN A GUADALUPE

El pasado 16 de junio tuvo lugar la Peregrinación de la Cofradía de los Estudiantes al Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Os ofrecemos el relato de la jornada que nos ha enviado n. h. Antonio de Manuel y las fotografías de n. h. Carlos Carrasco.

PEREGRINACIÓN A GUADALUPE
Como viene siendo habitual la peregrinación a Guadalupe, celebrada el pasado 16 de junio, puso fin a las actividades de nuestra Cofradía en el presente curso, que además coincidió ese mismo día con la clausura oficial del curso cofrade 2011-2012 de la Unión de Cofradías.
La salida tuvo lugar, como de costumbre, de la plaza del Obispo Galarza con un poco de retraso, pues los informales de siempre, no solo se hicieron esperar, si no que incluso no se presentaron. ¡Que se le va a hacer¡
Con una mañana excelente y con temperatura primaveral, llegamos sobre las 11,00 de la mañana al punto en el que comenzaba, a pie, la marcha a Guadalupe y allí, nos estaba esperando la Guardia Civil, como siempre, para darnos seguridad y escolta; en esta ocasión, nos dio la bienvenida el propio comandante de puesto a quién saludamos y dimos las gracias por su interés. El camino se hizo muy agradable, pues la temperatura y el ambiente se prestaban a ello, ya que los pintorescos parajes de la serranía de “Las Villuercas” que cruzamos, estaban radiantes en esa primaveral mañana: canto de tórtolas, vuelo de águilas calzadas, aromas de jara y romero, siluetas de empinadas sierras, vértigo para muchos al pasar el viaducto.
Nos acordamos de muchos habituales que no pudieron asistir: Juanjo y Carmen, Fernando y Laura con Jacintín, la familia Castela, Raquel y Paloma, Mª Ángeles y Ángel, Jesús Vivas y sra., Antoñete y Sole, Samuel y Natu, Paquita y Germán, y de los que ya no están como Blanca y Santi y de otros, a los que también tributamos un recuerdo. También nos hubiera gustado que asistieran más miembros de la Junta Directiva, además del Mayordomo y del hermano Luis Santillana, que sí participaron en la peregrinación.
Una vez en Guadalupe descansamos un poco, nos refrescamos y nos hicimos la foto de familia en la escalera, delante del Monasterio, tal y como hacemos siempre luciendo nuestro Banderín como enseña principal de nuestra Cofradía.
La Santa Misa tuvo lugar en una preciosa capilla, que ninguno de nosotros conocíamos. La citada capilla había servido de coro en la llamada Capilla de Santa Ana, que se encuentra según entramos al Monasterio  a la izquierda y que en su día, cuando se regía por los Jerónimos sirvió de parroquia, pues bien, ese coro fue habilitado para capilla y se la conoce como la Capilla del padre Mora, que fue el artífice de su decoración y en la que parece intervino nuestro Director Espiritual Fray Julián Camino, en sus tiempos de novicio.
La misa fue presidida por Fray Hipólito Ámez Prieto y en la homilía se
dirigió especialmente a nuestra Cofradía, resaltando el espíritu de hermandad que nos debe caracterizar y animándonos a continuar juntos, programando actividades como ésta, en las que la convivencia  debe ser lo esencial para nosotros. Al final el Hno. Mayordomo, Mariano Mariño, hizo entrega de un recuerdo de nuestra visita.
Terminada la Eucaristía, sobre la 1,35 aproximadamente y hasta las 3 de la tarde, dedicamos ese tiempo a deleitarnos con los buenos vinos de pitarra y las buenas morcillas de la Puebla.
El almuerzo en  la Hospedería no fue en  el claustro este año, siendo en del interior, pues había varias bodas y tenían todo ocupado, y eso que ese periódico que en su día se llamó el Extremadura -ahora el Periódico- publicaba ese mismo sábado que la Iglesia ya solo celebraba el 46% de las bodas, dato del que no nos fiamos y menos aún conociendo la procedencia.
En ese comedor se estaba muy fresco y como siempre comimos muy bien: sopa de marisco, otros tomaron gazpacho, que parece ser estaba de lujo, ternera a la riojana que la regamos con un Trampal tinto que según Grajera, Acha, Geni, Vicente y Manolo Breña, que entienden de vinos, estaba estupendo, y luego un postre muy rico.
La sobremesa cada uno la hizo como le pareció, unos descansaron en el inmenso salón de TV que tiene la Hospedería, otros se fueron de compras y otros tomaron café y copa.
A las 6 de la tarde aproximadamente y después de despedirnos de Santa María de Guadalupe pusimos rumbo a Cáceres.
Jornada pues de hermandad, de convivencia, de manifestación de nuestros valores cristianos, en paz, armonía y diversión, de lo que pueden dar cuenta todos los hermanos que asistieron y que además piensan repetir al año que viene si Dios quiere.

Fdo: Antonio de Manuel Carrasco



















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