ENTREVISTA A MANUEL DÍAZ BUIZA EN EL DIARIO HOY (13/11/2011):
Manuel Díaz Buiza (Villafranca de los Barros, 1967) tiene las maletas preparadas para marcharse a Sevilla. Deja atrás 14 años de estancia en Cáceres, en los que ha estado al frente del convento y la iglesia de Santo Domingo, dependiente de una de las dos comunidades franciscanas que hay en la ciudad. Convive con otros cinco frailes, asegura disfrutar con la lectura, tomando un café con los amigos y procura no perderse ni la serie 'Águila Roja' ni el programa 'Tu cara me suena'. Su nueva misión tiene poco que ver con lo que ha hecho hasta ahora. Ha centrado todo su esfuerzo en trabajar con los jóvenes. De hecho, uno de los proyectos de los que más orgulloso se siente es la apertura del centro Ágora Francesco en las antiguas aulas de párvulo del viejo colegio San Antonio. En estas instalaciones tienen su sede desde asociaciones juveniles hasta la escuela de cofradías. A partir de ahora su vida será otra. Formará parte de un equipo encargado de revitalizar la presencia franciscana en toda la península ibérica. En la actualidad, hay 1.100 frailes repartidos por todo el país. Después de permanecer durante seis años en el seminario de Badajoz, amplió su formación en Roma, donde estudió Animación Juvenil. «Si volviera a nacer, sería franciscano», dice al concluir la entrevista.
-Así que se marcha...
-Es un traslado. La vida de los frailes es así. Vienes por obediencia a un sitio y por obediencia te vas a otro. He tenido el privilegio de estar aquí durante 14 años y ahora mis superiores me mandan a otro lugar y a otra misión.
-¿Se va con pena?
-En Cáceres he pasado los mejores años de mi vida. Llegué con la ilusión de trabajar para los jóvenes y creo que esa ilusión no ha ido mermando con el tiempo, sino que ha crecido y se ha visto muy plasmada de un modo muy concreto en el centro Ágora y en todas las actividades que realiza. Ha sido un sueño deseado, realizado, cumplido, vivido y compartido con muchísima gente.
-¿Con qué misión llegó a la ciudad?
-Aquí me hice fraile y me ordené. Después me mandaron a Roma tres años para estudiar Pastoral de Jóvenes e inmediatamente después me incorporaron a esta comunidad de superior y animador provincial. Desde que soy fraile y cura, he estado siempre haciendo lo mismo: trabajar con los jóvenes.
-¿Cuándo se va?
-Las maletas ya las tengo hechas. Me voy dentro de unos días.
-¿Qué cree que va a echar de menos?
-Voy a echar de menos esta tarea, el bullicio de los jóvenes, este espacio tan diáfano y limpio... La nostalgia también es positiva. Dejo mucha vida aquí y eso es importante.
-¿Qué fue lo que más le chocó de la ciudad cuando se instaló en ella?
-Yo soy más del sur y veo que Cáceres es más castellana, más sobria. La gente es maravillosa.
-Este verano cerraron la iglesia durante un mes por falta de personal...
-Sí. Ahora no somos tantos como otros años, estamos cinco. Es la realidad que tenemos que vivir.
-¿Qué lugar cree que ocupa Santo Domingo entre los cacereños?
-Para muchos cacereños venir al claustro de los Limones es algo muy querido porque recuerdan los años de su tierna infancia.
-¿Siempre supo que quería dedicarse a la vida religiosa?
-Bueno, yo no lo supe desde el principio. Con 14 años me fui al seminario y con 20 años, después de leer un libro muy hermoso de San Francisco, empecé a plantearme que quería vivir el sacerdocio como franciscano.
-¿Por qué?
-Porque, para mí, Francisco ha sido el hombre que mejor y de manera más sencilla nos ha dicho que el Evangelio es posible vivirlo. Él lo vivió y fue feliz, feliz, feliz. A la hora de la verdad, creo que es lo que todos buscamos. Yo me siento muy feliz en medio de mis problemas, que no son pocos.
-¿Cuál será su cometido a partir de ahora?
-Voy a formar parte de una comisión para trabajar en la dinamización de todo el proceso de revitalización de la presencia franciscana en la península ibérica. Me ha tocado cambiar de tercio.
Mª José Torrejón Diario Hoy
Mª José Torrejón Diario Hoy
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