Francisco Elviro Meseguer: "VIA CRUCIS"
(Extracto del Pregón de la Semana Santa Cacereña de 1962)
Los nombres cofradieros obligan mucho. Las cofradías acumulan mucho compromiso divino en sus atavíos, sus normas y sus desfiles. Son un poco o debe ser así, como los votos en la vida de la religión, que multiplican ante Dios las responsabilidades. A eso saldrán a la calle los Estudiantes de la Vía Crucis, de la Vía, del Camino de la Cruz. Con sus túnicas negras y sus cíngulos franciscanos, sus capas blancas con las cruces de Tierra Santa estallando de sangre.
Saldrán a eso los Estudiantes, vivos en ellos todavía los aires de ese día de Marzo de esa fiesta de la Vía Crucis, donde, bajo las naves franciscanas de Santo Domingo, la Cofradía hace recuento de su filial servidumbre.
Sí, obliga mucho esto de ser la Vía Crucis de Cristo "negro de la tristeza y blanco de la pureza joven", como dijo de la Cofradía su Mayordomo Ángel Álvarez. La Vía Crucis cacereña, querrá en el mediodía del jueves, como ofrendarle a Cristo, a luz descubierta, por la insistencia con que la Cruz se proclama en ella, entre rumbos rezadores de las estaciones de esta Cofradía del Clavel, como una entera Semana Santísima dentro de las horas advocacionales de su paso.
(Revista "Calvario" de la Cofradía de los Estudiantes, 2004)
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